En esta sección veremos como Einstein su concepción de la gravedad, del espacio-tiempo y la tería general de la relatividad.
Imaginá que estás dentro de un contenedor cerrado y sin ventanas. Solo contás con tu cuerpo y algunos objetos simples (por ejemplo: una moneda, una lapicera, un elástico o la linterna del celular). Tu tarea es determinar en qué escenario se encuentra el contenedor:

Escribí qué sensaciones y observaciones esperarías en cada caso (peso, caída de objetos, “ingravidez”, etc.).
Considerá un contenedor transparente, sellado y sin ventanas. En una pared lateral se fija un puntero láser que apunta hacia la pared opuesta. Mientras el contenedor cae libremente, el puntero, el haz y la pared opuesta caen juntos con la misma aceleración. Para un observador dentro del contenedor, el haz recorre una línea recta y llega al mismo punto de la pared de enfrente, como si el contenedor estuviera en reposo.
El mismo contenedor ahora flota en el espacio, lejos de cualquier masa, sin aceleración. Al encender el puntero láser, el haz también viaja en línea recta y alcanza el mismo punto de la pared opuesta. El observador interno ve el mismo comportamiento que en la situación de caída libre.
En ambas situaciones el rayo láser se observa indistinguible: traza una línea recta y llega al mismo punto de impacto. Esto ilustra el principio de equivalencia: localmente, un marco en caída libre es indistinguible de un marco inercial sin gravedad.